El Árbol de la Historia


En el noreste de Tanzania en las estribaciones de los Montes Kilimanjaro y Meru, viven los Chaga. Su establecimiento en los territorios que actualmente ocupan es anterior a la llegada de los pueblos nilóticos. Durante los enfrentamientos interclánicos del pueblo massai entre los años 1830 y 1875, diversos grupos massai fueron absorbidos por los chaga al igual que sucedía en los pueblos tabeta, kamba, meru y kikuyu.

Una historia Chaga cuenta que una muchacha un día salió con sus amigos a recoger hierba. Vio un lugar donde crecía de manera muy abundante, pero cuando puso su pie allí se hundió en seguida en el barro.

Sus amigos intentaron sujetarla con sus manos pero ella continuaba hundiéndose más profundamente en el barro hasta que desapareció completamente. Sus amigas fueron a decírselo a los padres y estos pidieron ayuda a los vecinos y todos fueron al cenagal.

Aquí un adivino aconsejó que se sacrificaran una vaca y una oveja. Cuando esto hicieron comenzaron a oír la voz de la muchacha, pero pasado un tiempo la voz fue oyéndose más lejana hasta que acabó por quedar callada. Más tarde, en el lugar en el que la muchacha se hundió comenzó a crecer un árbol que poco a poco llegó a tocar el cielo. El árbol servía de cobijo a los jóvenes que cuidaban el ganado cerca de él y cuando el sol calentaba se resguardaban bajo sus ramas .

Un día dos muchachos subieron al árbol y llamaron a sus compañeros dicíéndoles que estaban en un mundo anterior. Nunca más volvieron. Desde entonces, el árbol es conocido como el Árbol de la Historia.