El Salto de la Novia (otra versión)




La Villa de Manzanera tiene un amplio término municipal, 168 Km2 de superficie, en la que aparecen esparcidos siete caseríos, un sinfín de Masías y corrales, innumerables fuentes, todas ellas en medio de una gran variedad de vegetación, subdividida en tres zonas claramente delimitadas según su altitud, que ronda entre los 1400 y los 1600 metros sobre el nivel del mar.

El Paul es uno de estos caseríos de Manzanera, y de allí era natural la moza protagonista de esta otra leyenda. El Sol de la mañana alumbraba el pequeño barrio, mientras una hermosa muchacha, llena de entusiasmo y nerviosismo se disponía a vestirse su hermoso traje de boda, que con esmero había bordado durante las largas noches de inviernos. En la puerta una enorme mula, lujosamente enjaezada, esperaba a la novia para trasladarla a Manzanera, donde iba a contraer matrimonio con un apuesto mozo.

Cuando la joven salió de su casa, toda la barriada empezó a piropearla y animarla para el inolvidable día en que se convierte el día de la boda. Agradecida, la muchacha subió a lomos de su corcel encabezando la comitiva, que se puso en marcha hacia el pueblo, por el camino empinado y pedregoso que entonces las unía.

La noche anterior había sido fría; el rocío empapaba las piedras y plantas del camino y una fina capa de hielo las hacia peligrosas para hombres y caballerías.

Pero la moza cantaba alegre sobre la grupa del fornido animal, mientras el camino se iba tornando cada vez más dificultoso, tratando con ello disipar el temor que se iba adueñando de su cuerpo.

Pero el destino quería que la virgen solo se desposara con la muerte, y para ello hizo resbalar a la caballería en una roca lisa y helada, haciendo inútiles los esfuerzos del padre de la moza por retener al animal, que no pudo impedir que su amada hija y la mula que la portaba se despeñaran por el acantilado del barranco, que perdieron la vida en el acto. Un grito de horror heló la fría mañana, y en el fondo del barranco quedo tendida la novia, con sus galas ahora convertidas en triste mortaja.

De inmediato partió un jinete hacia Manzanera para avisar al novio del macabro suceso, y este, aturdido, sin perder un instante, galopó hasta el fondo del barranco en el que yacía su amada.

Al verla, notó como su alma se derrumbaba interiormente, y con la rabia y la tristeza a flor de piel, tomo a su desdichada novia, y la apretó contra su pecho, reteniéndola de esta manera, y llorando desconsoladamente durante largo tiempo. Luego, sumido en un amargo silencio, y tomándola en sus brazos, subió el barranco para dirigirse hacia El Paul.

Pero la muerte rondaba aquel día estas tierras en las que predomina el carrascal, el encinar, y una amplia variedad de matorral y monte bajo. Al poco de alcanzar el camino, el joven cayó de bruces al suelo sin soltar el cuerpo inerte de su amada, haciendo inútiles todo intento por reanimarlo. De esta manera, fundidos en un último abrazo, quiso la muerte unir lo que minutos antes había separado, segándole la vida al joven.

El duelo y conmoción en las dos localidades duró varios meses. Desde entonces, a este paraje se le viene conociendo como el Salto de la Novia, existiendo una Cruz perfecta tallada en la roca, en el lugar donde cayeron muertos los dos enamorados, llamada la Cruz del Macareno.

Y dice la gente de este lugar, que se ha convertido en un paraje triste y solitario, impregnado de una profunda melancolía por cuyas peñas parece resonar el amargo llanto de los novios.


Leyenda enviada por Jose A. Planillo

3 comentarios:

Javi Crespo dijo...

Romántica :) De todos modos, como casi con todas las leyendas, es lógico que existan varias versiones.

NN dijo...

Too sad!!!!!!!!!
vale la pena ser leida.
Saludos!

dale calor dijo...

buena recopilación de historia fantastica, nunca dejemos de imaginar jeje
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