La reina mora de Siurana


Abd-al-azia era la esposa del valí de Siurana. Mientras se peinaba y se perfumaba, fue sorprendida por los cristianos, con la espalda y los brazos desnudos.

Cuando la vieron los cristianos, se sorprendieron por su gran belleza y le prometieron la vida si se convertía al cristianismo.

Ella les dijo que lo aceptaba, con una voz muy dulce, al tiempo que cogía un velo para cubrirse pudorosamente las espaldas. Solamente les pidió que le permitieran unos minutos para acabar de vestirse y así, poder ser bautizada.

Mientras los ilusos cristianos creían que se estaba vistiendo con sus mejores galas, bajó a las cuadras, tomó su caballo, lo montó y lo condujo hacia el precipicio. El caballo reculaba relinchando con fuerza delante del abismo.

Rápidamente, Abd-al-azia se arrancó el velo y tapó con él los ojos de esa noble bestia, al tiempo que lo castigaba en el vientre con sus talones y tiraba con todas sus fuerzas las riendas. El animal movía con desesperación su cuerpo y con fuerza mantenía sus patas encima de la roca. La reina viendo la resistencia del caballo le asestó un golpe aún más fuerte en el vientre y empezó a correr, pero de repente, justo delante del abismo se paró con suma brusquedad, dejando en la roca marcada la herradura de una de sus patas. Abd-al-azia clavó su espada en el suelo y el caballo, muy asustado, saltó y se perdió absorbido por el precipicio.

Dicen que aún hoy pueden apreciarse estas huellas en la roca.

4 comentarios:

Chesana dijo...

Llevo ya unos días entrando a leerte. Me encantan las leyendas a las que considero "cuentos para adultos".

Muy buen blog el tuyo. Te he añadido.

Kassiopea. dijo...

Muchas gracias.

Anónimo dijo...

¿puede ser la ueya falsa no ? ¿o es verdadera ? ¿seria guay que fuese verdadera no ?

Kassiopea. dijo...

Es una leyenda. Puede ser tan verdadera como lo permita tu imaginación...